A pesar de que el conocido eslogan sostiene justo lo contrario y que, indudablemente, es mucho más agradable y asumible un mensaje positivo que el negativo, en lo tocante a la Sanidad (y no sólo en este sector) hay que mentalizarse para lo contrario. No admitir esta realidad, a base de populismo, ceguera y nostalgia, está conduciendo a un verdadero desastre, del que dificilmente vamos a salir:
1-No se puede seguir actuando como si la crisis económica y social fuera una entelequia y mañana todo fuera a ir mejor.
2-No se puede permanecer impasibles ante la contundencia de unos datos escalofriantes y viendo lo que cada día vemos.
3-No se puede garantizar salud para todos, a cualquier precio y cueste lo que cueste, porque no se dispone del dinero para pagarlo.
4-No se puede confiar en políticos populistas y miopes que, conocedores de la gravedad de la situación, prefieren no mirarla de frente y apurar sus permanencias en el poder (o en la oposición) hasta un minuto antes del desastre irreparable.
5-No se puede decir que el estado del bienestar es un logro social irreversible y que su permanencia está asegurada.
6-No se puede demorar la apertura de un rápido y serio debate sobre la salud y la enfermedad, sobre lo que significan unos objetivos razonables y sobre lo que está más allá de las reales posibilidades de una sociedad empobrecida.
7-No se puede mantener un mastodóntico servicio público de salud, con 17 responsables distintos, que no piensan lo mismo ni están dispuestos a coordinarse, verdadera y solidariamente.
8-No se puede continuar al amparo de falsas expectativas, con 5 millones de parados, cuyas posibilidades de colocación (y, en consecuencia, de cotización) empeoran a cada momento.
9-No se puede conservar sin una drástica reforma, un aparato político-administrativo que constituye, más que otra cosa, un fin en sí mismo.
10-No se puede estar exclusivamente a la consigna del propio partido, cuando la sociedad en su conjunto duda, cada vez más severamente, de la utilidad real de esas formaciones políticas.
11-No se puede engañar a los futuros médicos y enfermeros, haciéndoles creer que, cuando terminen sus complicados periodos de formación, encontrarán trabajo en el sistema público, que ha venido siendo, hasta ahora, el gran empleador.
12-No se puede alentar a los farmacéuticos en ciernes, para que sigan vislumbrando la consecución de una botica, como el remedio de su futuro profesional y familiar, porque muy pronto las multinacionales estarán instaladas en nuestro país y ellos serán sus asalariados.
13-No se puede sostener más tiempo unas estructuras docentes y asistenciales, no sometidas a eficaces evaluaciones periódicas, y con un blindaje laboral que empieza a resultar insultante para el sentido común, para los desempleados y para los jóvenes (bien preparados y sin acceso a esos saturados y taponados mercados laborales).
14-No se puede ignorar que, ante situaciones colectivas excepcionales, hay que valorar más que nada: el talento, la formación, la capacidad, el mérito, el compromiso, el esfuerzo y la honradez.
15-No se puede defender, tal como se ha venido haciendo en las últimas décadas: el colegueo, el amiguismo, el enchufismo, el pesebrismo, el cortoplacismo, el sindicalismo y el partidismo (conste mi respeto a partidos y sindicatos), como los auténticos yacimientos para el acceso al trabajo.
Bitácora de análisis y opinión sobre valores y principios relativos a la actividad sanitaria
SALUTACIÓN A LOS LECTORES
Este blog de análisis y reflexión, nace con la pretensión de contribuir al debate sobre el futuro y la SOStenibilidad del Sistema Sanitario Público en España, desde la óptica de los valores y principios de la Bioética, asumiendo la calidad y la excelencia como imperativos éticos.
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