SALUTACIÓN A LOS LECTORES

Este blog de análisis y reflexión, nace con la pretensión de contribuir al debate sobre el futuro y la SOStenibilidad del Sistema Sanitario Público en España, desde la óptica de los valores y principios de la Bioética, asumiendo la calidad y la excelencia como imperativos éticos.

martes, 26 de julio de 2011

LAS MATRÍCULAS DE LOS COCHES


Hace unos días ha resurgido la polémica referida a la “E” de España, en las placas de matrícula de los vehículos de los ciudadanos catalanes-españoles-europeos. Alguna autoridad (catalana, por supuesto) ha manifestado su conformidad con la sustitución por la pegatina “CAT” de Cataluña (Catalunya)
¿Hasta cuando, el resto de los españoles, tendremos que aguantar tanto desaire, procedente de ese territorio?
¿Cuál es el insalvable problema, en una Europa cada vez más “comunitaria”?
¿No fueron un solo país Suecia y Noruega, y ahora son dos?
¿No estudiamos en el Bachiller aquello de Checoslovaquia, capital Praga… y hoy existen Chequia y Eslovaquia?
La URSS… ¿cuántos países son ahora?
Mejor no mencionar la trágica desmembración de Yugoslavia…
Pero el caso es que nuestro planeta ha seguido girando y, quienes habitaban en esos lugares, han continuado viviendo.
Ya lo dijo, hace 25 siglos, el sabio Heráclito de Éfeso: Nada es, todo cambia.
Siendo de esta manera las cosas y fluyendo absolutamente todo, como lo hacía el agua del río, que motivó la máxima del filósofo, tampoco sería de locos  plantearnos la posibilidad de que dejaran de ser “forzosamente españoles”… … evidentemente, si así lo manifestara (clara, indubitada, pacífica y fehacientemente) la inmensa mayoría de su población.
Cinco siglos de unidad, deberían haber generado un fortísimo sentimiento de pertenencia y cohesión. Los americanos lo han logrado en menos de 200 años, pero parece que en nuestro caso, no ha sido así: algo de razón llevaba el conocido y trillado eslogan franquista “España es diferente”
Si esa comunidad autónoma consiguiera dejar de compartir patria con el resto de los “carpetovetónicos”… al siguiente día: ¿saldría el sol por levante, ocultándose por poniente?
¿Dejaríamos de ir cada cual a nuestro trabajo?... el que lo tenga.
¿Cambiaríamos radicalmente nuestras costumbres, afectos, sentimientos, preocupaciones, hábitos y aficiones?
Ya se que el tema es mucho más complicado: desde la historia, la economía, la política, la defensa, la sociología, la administración, la hacienda pública… Pero la geografía es la que es, y existen unas entidades geográficas que son Cataluña y País Vasco, como otras: Galicia, Murcia, Extremadura, Castilla, Canarias, Andalucía, etc.
La continuidad de una España, integrada simplemente por quienes queramos ser españoles… ¿es un escenario absolutamente imposible, impensable e incuestionable?
¿Es razonable obligar a alguien a estar con quien no desea o detesta, a pesar de que la lógica y la dinámica universal caminen en sentido contrario (unión y no dispersión)?
Tienen un idioma propio, unos límites geográficos definidos y un anhelo independentista fuertemente arraigado y… al parecer, muy mayoritario: compruébese lo que ellos consideran evidente… y si así es: óbrese en consecuencia.
Antes o después, Québec dejará de ser parte de Canadá y Escocia de Gran Bretaña…en Bélgica, los flamencos se separarán de los valones, y con absoluta seguridad, no serán esos hechos, los signos del fin de los tiempos… y en nuestro caso: ¿si que han de serlo?
En Europa convive ahora gente con nacionalidad sueca, noruega, checa, eslovaca, bosnia, eslovena, serbia, rusa, ucraniana…y antes no era exactamente así: ¿ha variado por ello el eje de inclinación de la Tierra?
Tal vez, sin Cataluña, se empobrecería España… más pobres, pero sin aguantar la pesada losa del victimismo y sin que continuamente se nos señale con el dedo (o con las armas, como durante muchos años ha sucedido, provocando tanta tragedia y dolor, en otra comunidad autónoma).
Desde el desconocimiento y la ignorancia geoestratégica, sociopolítica y macroeconómica: si su empeño (a mi juicio, anacrónico y equivocado) es no estar con los demás españoles y vender lo que producen, a franceses, belgas, ingleses y alemanes, esto es: si quieren irse, que se vayan… ¡Pijo!

viernes, 15 de julio de 2011

SANIDAD: GRATIS TOTAL


Todos sabemos que la frase que da título a este artículo es, ante todo, un poderosísimo estímulo al consumo… de lo que se trate… da igual: ¡siendo gratis!
Es altamente valorable que el Estado asuma como un deber la protección de la salud de la población, incluyéndola entre sus máximas prioridades. Así sucede en nuestro país, donde está garantizada la asistencia sanitaria, mediante un alto compromiso de  rango constitucional (Art. 43).
Está muy arraigado en el acervo cultural, el hecho de asociar cualquier deber institucional con el correspondiente derecho ciudadano: La obligación legal de atención sanitaria,
genera automáticamente el derecho a la salud de las personas… y no es exactamente así.
Financiado con los impuestos de todos, el Sistema Nacional de Salud vela  para cumplir ese compromiso y para lograr hacerlo con justicia y equidad: Garantía de asistencia universal, no de curación y salud.
Lo hasta ahora manifestado no es discutido por nadie, siendo al contrario reconocido por propios y extraños.
La crisis aparece cuando la absoluta gratuidad provoca el abuso del servicio público… lo que viene sucediendo respecto a la red sanitaria del SNS.
Estamos de acuerdo en que no es lo mismo el valor de una cosa (bien o servicio) que su precio. No siempre lo más valioso cuesta más,  pero el precio sitúa cada artículo de consumo en un lugar determinado, respecto al que ocupan los otros. Antes que la moneda ya existía el trueque.
También constituye otro tópico cierto aquel que proclama “lo que más  importa, ciertamente es la salud”
Por tanto, para poder seguir considerando al máximo el valor salud, tal vez merezca la pena discutir seriamente sobre el precio a pagar por ella.
¿Realmente alguien cree con fe ciega que, a coste cero, seguirá estando para siempre asegurada la asistencia sanitaria que hoy disfrutamos?
¿Tan ciegos estamos que no  observamos lo que está ocurriendo en todos y cada uno de los países que nos rodean?
¿Tenemos en España la vara mágica, de la que no disponen en ningún otro lugar, aunque sean más ricos y socialmente más avanzados?
¿Son todos ellos insolidarios y nosotros más altruistas que el resto del mundo?.. ¿o se trata, una vez más, de un lamentable populismo que nos podría conducir a la ruina?
La compañía que presta el servicio urbano de autobuses en mi ciudad, dice no poder pagar las nóminas de sus empleados, lo que ha provocado un paro total de dos días, con ausencia absoluta de ese transporte público y el correspondiente perjuicio para los usuarios… sin entrar en el análisis y las razones del conflicto, sólo señalar que, con motivo del problema, se ha sabido que no pagan el precio del billete, ni los pensionistas, ni los estudiantes, ni las familias numerosas… claro que eso está muy bien para los agraciados pero, con tanto beneficiario, las cuantas no les salen… o al menos, eso dicen. El Ayuntamiento, muy gentilmente, compromete las subvenciones… pero luego le falta presupuesto para poder compensar a la empresa. La realidad es compleja y las cuentas, aún más.
Más vale pagar un poco al recibir un servicio sanitario de calidad, ya que nuestros tributos nos otorgan a todos el derecho a usarlo y la garantía de su existencia, que asistir a su lenta agonía y posterior defunción, eso sí: no aportando absolutamente nada al utilizarlo y creyendo ingenuamente que esta “ficción”  podrá perpetuarse para siempre.
Conclusión: ¡Copago disuasorio, sin afán recaudatorio, sensato,  razonable y asumible… cuanto antes!.